La Asociación para la Defensa de la Marca (ANDEMA) ha mantenido una reunión con Madrid Salud -organismo autónomo del Ayuntamiento de Madrid que se encarga de la gestión de las políticas municipales en materia de salud pública- con el objetivo de abordar la problemática existente en cuanto a las bebidas espirituosas sin etiquetado que se sirven actualmente en los establecimientos.
Las garrafas de este tipo de bebidas que se utilizan para rellenar las frascas en las que se sirve posteriormente el licor en la mesa representan el 20% de las ventas de licores y se concentran en un 91% en la hostelería, lo que evidencia su finalidad para rellenar frascas dando una falsa imagen de producto artesanal e incumpliendo la normativa reguladora, en concreto el artículo 10 –requisitos de comercialización– del Real Decreto 164/2014 de marzo, que establece normas específicas para la producción, designación, presentación y etiquetado de determinadas bebidas espirituosas. Así, Madrid Salud aumentará la información y el trabajo de concienciación en el sector de la hostelería y restauración con el fin de alertar sobre la necesidad de su cumplimiento.
En palabras de Gerard Guiu, director general de ANDEMA, “cada día vemos en la hostelería y la restauración como se sirven licores y cremas en frascas, sin el envasado ni la etiqueta como exige la ley, lo que supone no sólo la violación de los derechos de marca y propiedad industrial, sino lo que es más importante, un riesgo diario para la salud de los consumidores”. “A pesar de ser un sector en el que está prohibido el trasvase y rellenado de productos, la normativa no se cumple. Es lo mismo que pasó en su día con el aceite, sector que consiguió acabar con esta problemática. Ahora debe suceder lo mismo con las cremas y licores”, añade Guiu.
Las ventas de licores de gran formato alcanzaron en el último año cerca de 26 millones en ventas (Fuente: Nielsen), una distribución a gran escala del producto en formato garrafa, cuyo líquido es posteriormente trasvasado a la “frasca” sin etiquetado, información nutricional o de salud, lo que supone además una pérdida de trazabilidad del producto y la imposibilidad del consumidor a la hora de realizar reclamaciones.
Desde ANDEMA, se seguirá instando a los diferentes organismos y agentes implicados a perseguir y acabar con esta problemática a través de la información, formación y herramientas necesarias para su fin.